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Descubra aquí qué es la traducción jurídica, qué tipos hay, cuáles son sus características y por qué son tan importantes.
¿Necesita traducir documentos legales importantes? Confíe en nosotros y en nuestro servicio de gran calidad. Póngase en contacto con nosotros.
La traducción jurídica o legal consiste en traducir documentos legales (ya sean públicos o privados) de un idioma a otro. Cuando hablamos de ella, lo primero en lo que pensamos es en organismos internacionales como las Naciones Unidas o la Comisión Europea. Sin embargo, gran parte de los encargos de traducciones jurídicas proceden de empresas, bufetes de abogados, registros judiciales e incluso particulares.
Estos son algunos ejemplos de documentos que requieren traducción jurídica:
En la mayoría de los casos, estos documentos han sido redactados por profesionales del derecho, es por el traductor legal no solo deben conocer la terminología y particularidades del sistema jurídico del país de origen, sino también del de destino. Una traducción incorrecta de un documento legal podría acarrear, por ejemplo, consecuencias jurídicas graves y originar pérdidas económicas importantes a una empresa.
Estos son algunos ejemplos de errores en la traducción legal de documentos y sus consecuencias:
Si desea una traducción de calidad, elija bien los recursos y siga el procedimiento recomendado.
2. Tener experiencia en traducción legal y conocer los sistemas jurídicos de los países de los idiomas de origen y destino.
3. Conocer el propósito del documento. ¿Está el documento destinado a un público general? ¿Es legalmente vinculante? Saberlo resultará esencial para producir un texto adecuado.
4. Ser fiel a las características estilísticas, como la extensión y la repetición, del texto legal original ya que esto suele ser intencionado.
Recuerde que un error, además de costar dinero, puede dar lugar a años de litigios. Es importante que, como cliente, trabaje con un proveedor de servicios lingüísticos profesional con años de experiencia en traducción jurídica y con los procesos de control de calidad que requiere este tipo de traducciones.
1. Contrate a los recursos idóneos. Se recomienda seguir los criterios que establece la norma ISO 17100. En el caso de la traducción jurídica, hay que sumar traductores oficiales con experiencia profesional demostrable en traducción legal.
2. Si necesita traducir documentos legales con información confidencial, establezca un acuerdo de confidencialidad que vincule a todas las partes involucradas en el proceso.
3. Asegúrese de contar con un área segura, por ejemplo, en el cloud o en servidores ftp seguros, para subir y descargar los documentos (si se envían por correo ordinario, que sea certificado), y haga un correcto seguimiento del proyecto.
4. Proporcione documentación de referencia relevante a su proveedor de servicios lingüísticos (directivas, leyes, reglamentos, glosarios, enlaces relevantes, etc.).
5. Asegúrese de que su proveedor es capaz de garantizar que todas las traducciones jurídicas las revisa un segundo lingüista y, siempre que sea necesario, un experto en la materia capaz de solucionar cualquier cuestión terminológica.
Ante el organismo correspondiente, los intérpretes judiciales traducen de forma oral las preguntas y respuestas de los interrogatorios, las intervenciones que tienen lugar en un juicio, llamadas telefónicas, documentos que no se hayan traducido previamente, etc. Por todo esto, su formación en derecho debe ser sólida y han de tener un profundo conocimiento de las lenguas de trabajo y de los sistemas jurídicos en cuestión.
Una traducción jurada es una traducción firmada y sellada por un traductor acreditado. Este tipo de traducciones suele exigirse cuando se presentan documentos oficiales ante organismos como ministerios, juzgados, consulados, notarios o instituciones académicas.
Según la legislación nacional, todos los documentos que no estén redactados en español y que deban surtir efecto legal en España deberán ir acompañados de la correspondiente traducción jurada y entregarse, siempre, junto con una copia del original sellada y fechada.
Además, si el documento es oficial o está firmado por un funcionario, la traducción deberá incluir la denominada «Apostilla de la Haya», garantía de que quien firma el documento está autorizado por el estado. Esta legalización única también deberá estar presente en la traducción jurada.
En muchos países, un traductor jurado debe estar acreditados oficialmente. En el caso de España, por ejemplo, el organismo responsable es el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. En otros países, como Estados Unidos o el Reino Unido, como la ley no establece un procedimiento específico, son los profesionales del derecho quienes asumen la tarea de formar un equipo de traducción experimentado. De esta forma, la falta de regulación existente se ve compensada por organismos independientes que actúan como punto de referencia de calidad.
Además de la traducción de documentos jurídicos y la traducción jurada, existe una amplia variedad de servicios de traducción a disposición del sector jurídico. Entre ellos se incluyen la interpretación jurídica, el personal in situ, el apoyo para el descubrimiento electrónico, la producción de documentos, la transcripción y la localización jurídica.
La traducción legal es complicada, pero trabajar con un proveedor de servicios lingüísticos profesional y de confianza asegurará que sus traducciones sean precisas. En Lionbridge, contamos con un equipo de expertos que no solo traduce, sino que realiza una evaluación completa de la calidad del trabajo realizado. En el caso de material certificado, un lingüista experto realiza una revisión línea por línea del documento traducido contrastado con el original para garantizar que todos los aspectos del documento traducido son correctos.
Póngase en contacto con nosotros hoy mismo y descubra nuestro servicio de traducción, preciso, fiable y ajustado a la normativa.