IDIOMA:
IDIOMA:
Creamos, transformamos, probamos y enseñamos más contenido que nadie en el mundo, desde texto, voz, audio, vídeo, hasta datos estructurados y sin estructurar.
Nuestros expertos conocen los pormenores del sector y sus dificultades.
Nuestra gente es nuestro orgullo. Más de 20 años ayudando a las empresas a conectar con sus clientes.
Creamos, transformamos, probamos y enseñamos más contenido que nadie en el mundo, desde texto, voz, audio, vídeo, hasta datos estructurados y sin estructurar.
Servicios de creación de contenido
Redacción técnica
Formación y aprendizaje por Internet
Informes financiero
Artículos científicos
Marketing multicultural
Servicios de traducción de contenido
Traducción
Localización de software
Sitio web y localización de aplicaciones
Traducción para empresas reguladas
Interpretación
Control de calidad lingüístico
SEO multilingüe y marketing digital
Servicios de prueba
Control de calidad funcional y pruebas
Pruebas de compatibilidad
Pruebas de interoperabilidad
Pruebas de rendimiento
Pruebas de accesibilidad
Pruebas UX / CX
Servicios de IA
Nuestros expertos conocen los pormenores del sector y sus dificultades.
Ciencias de la vida
Banca y Finanzas
Al por menor
Juego de azar
Automotor
Bienes de consumo envasados
Tecnología
Manufactura industrial
Servicios jurídicos
Viajes / Hospitalidad
SELECCIONAR IDIOMA:
por Sophia Eakins
En estos momentos, el término «globalizarse» está de moda y seguro que ya lo ha oído. Durante años, la idea de globalización (de promulgar prácticas empresariales que le permitan conectar de una forma más eficaz con clientes y socios de todo el mundo) ha estado en nuestro radar colectivo.
Antes, para las empresas ambiciosas, la globalización era una herramienta de acceso a uno o más mercados internacionales. Pero, con los años, el auténtico significado de «globalizarse» ha cambiado. Ha pasado de ser una mera recomendación a convertirse en una necesidad absoluta.
Echemos un vistazo a las cifras: según McKinsey, «los flujos de datos internacionales están aumentando a un ritmo casi 50 veces superior al de la última década. Aproximadamente mil millones de usuarios de redes sociales tienen al menos una conexión internacional, mientras que 2500 millones de personas poseen cuentas de correo electrónico y cada día se intercambian 200 000 millones de correos electrónicos. Alrededor de 250 millones de personas no viven actualmente en su país natal y más de 350 millones son compradores transfronterizos de comercio electrónico».
Vamos a explicar estas cifras. Básicamente, un ingente número de personas que crece exponencialmente en todo el mundo se conecta a Internet. Esto, a su vez, les conecta con otras personas. Del mismo modo, esta conectividad en aumento permite que estos grupos dispares repartidos por todo el mundo se pongan en contacto con los negocios y compren sus productos. Tanto personas como empresas publican contenido digital, al cual puede acceder de forma instantánea el público de distintos países a través de sus pantallas táctiles. Y, así, en tan solo un clic, el creador de contenido ha entrado de lleno en la escena internacional.
Hay una palabra que define la diferencia entre las empresas que tuvieron éxito en sus proyectos de globalización y las que no lo lograron: intencionalidad. En resumen: las empresas con éxito deben dar el paso intencional de comprender los matices y detalles propios de la conexión con un mercado internacional variado y multilingüe. Esto significa interiorizar tres competencias clave: una mentalidad global, un espíritu empresarial global y una ciudadanía global.
Por último, y quizá más importante, globalícese de forma intencionada convirtiéndose en un auténtico ciudadano del mundo. La «ciudadanía global» es un término cada vez más popular en nuestro lenguaje cotidiano. A medida que siguen abriéndose puertas y construyéndose puentes que conectan a las personas de todo el mundo, asumimos una nueva responsabilidad de interactuar de forma consciente y respetuosa con culturas y sociedades que no conocemos. Al reconocer la diversidad, la complejidad y los posibles desafíos asociados al hecho de dirigirse a nuevos mercados multiculturales y multilingües, las empresas pueden demostrar su deseo de ser ciudadanos realmente activos e implicados en el mercado internacional.
Por tanto, en 2019, ¿cómo puede «globalizarse» intencionadamente? ¿Cómo puede interactuar con nuevos mercados para generar reconocimiento y tener repercusión? Nos guste o no, todas las empresas modernas deben plantearse estas cuestiones.
Globalizarse puede resultar abrumador, pero no tiene por qué serlo. En Lionbridge, llevamos más de 20 años ayudando a otras empresas en su proyección global. En esta serie de 10 artículos, ofreceremos nuestra perspectiva sobre la «globalización»: qué significa, cómo realizarla y cuándo pedir ayuda.
¿De qué trata el próximo artículo? «Así que tiene una página web. ¿Es usted una empresa global?» Hasta entonces, no dude en ponerse en contacto con nosotros si está preparado para iniciar el camino hacia la globalización hoy mismo.
Parte 3: Principios básicos de la globalización: Glosario de globalización
Parte 4: Principios básicos de la globalización: ¿Adónde dirigirse?
Parte 6: Principios básicos de la globalización: cómo optimizar su estrategia SEO
Parte 8: Principios básicos de la globalización: Cómo crear una estrategia de localización
Parte 10: Principios básicos de la globalización: las diez mejores conclusiones